Podemos considerar que no existe temporalidad más allá del presente en el mundo digital porque el tiempo se mide en un plano físico, como medida numérica pero sobretodo como consecuencia de éste sobre los objetos.
En un mundo que no pertenece al plano físico nada se ve afectado por el tiempo, nada se deteriora ni envejece.
La temporalidad implica un nacimiento y una muerte, pero también un momento de esplendor. En el mundo digital las imágenes permanecen iguales, sin cambios, en un momento de máxima belleza permanente.
Aunque la imágenes “mueran” metafóricamente al caer en el olvido, su muerte no provoca una desaparición sino quedar sepultadas debajo de otras imágenes inmutables. [Referentes]
Podriamos deducir entonces que la arquitectura ahora tiene menos memoria que antes, porque ahora somos menos capaces de mirar al pasado de lo que lo eramos antes. Hay quién diría que la arquitectura es peor hoy, por ejemplo John [Ruskin], que definía la arquitectura como el contenedor de la memoria del trabajo del hombre.
Sí nuestra capacidad para mirar atrás se ha reducido, la capacidad para inventar un futuro quizás también. Y sí en la arquitectura postmoderna se miraba atrás para coger referencias y ornamentos de lenguajes antiguos en vez de generarlos como en el movimiento moderno, en la actualidad, pese a (o a consecuencia de) tener un catálogo muy amplio y fácilmente accesible [Referentes], no conseguimos reflexionar de manera profunda sobre las arquitecturas pasadas para generar un lenguaje nuevo. [Distancia]

[Referentes]

“El medio digital es un medio de presencia. Su temporalidad es el presente inmediato.” – Byung-Chul Han – En el enjambre

Vivimos en un mundo sin respeto ¿Quieres saber por qué?

TIEMPO